La laminación es un proceso en el cual se unen dos o más capas de material utilizando un adhesivo, otorgándoles nuevas propiedades. Esta técnica se emplea frecuentemente con materiales como películas, papel aluminio, papel y telas no tejidas. En este proceso, el tratamiento corona se usa para mejorar la superficie de las películas plásticas, activando la superficie y aumentando su energía superficial. Esto mejora la tensión húmeda de la película, incrementando su polaridad y afinidad con los adhesivos, lo que refuerza la unión entre las capas laminadas.

La efectividad del tratamiento corona depende de varios factores, como el voltaje aplicado a los electrodos y la distancia precisa entre los electrodos y el rodillo de tratamiento. Al observar la superficie de una película tratada con corona bajo un microscopio de alta magnificación, se puede ver una textura irregular y rugosa. Esta modificación es ventajosa para aplicaciones adhesivas, ya que mejora la humectación y promueve una unión más fuerte entre las superficies.

Es crucial moderar la intensidad del tratamiento corona, ya que un tratamiento excesivo no siempre resulta beneficioso. El sobretratamiento puede causar efectos negativos, como la transferencia de tinta durante la impresión o la transferencia de capas durante el metalizado y la aplicación de adhesivos. En resumen, un tratamiento corona bien equilibrado es esencial para optimizar la calidad y la durabilidad de los productos laminados.